viviendas colaborativas

Viviendea abre las puertas del Mestalla

La plataforma auspiciada por Lanzadera y CBRE ha sido designada para captar a los socios que vivirán en el emblemático estadio del Valencia CF

Sentarse en el sofá en el banderín en el que Kempes celebró los goles que lo hicieron pichichi en las temporadas 76-77 y 77-78; tomarse un café en la cocina, a los majestuosos pies de Arias, admirar desde la terraza la portería de Sempere o echarse la siesta en el banquillo desde el que Di Stéfano llevó al València CF a la Liga del 71 y a la Recopa del 80. Todo eso ahora será posible a través de Viviendea, la plataforma pionera que reúne y agrupa a los buscadores de vivienda por intereses y que ha sido designada por la gestora de cooperativas ADU y por CBRE para la captación de los futuros inquilinos de las viviendas que se construyan en el viejo Mestalla.

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Y Alejandro Jiménez Domínguez se apuntó a un cooperativa

¿Se acuerdan de Alejandro Jiménez Díaz, (en adelante AJD)? Quedamos en que había ganado la batalla contra el Banco (en adelante El Malo) y que sería este último el que pagaría el impuesto de Actos Jurídicos Documentados que grava los préstamos hipotecarios (en adelante AJD(bis)) Y feliz se quedó. Batalla ganada, El Malo, por malo, ha perdido. O eso nos han vendido.
AJD, feliz y contento, acude al mercado de obra nueva a comprarse una vivienda. Él, muy atento, se hace socio de una cooperativa de viviendas y a precio de coste obtendrá su vivienda, por supuesto. Y toca pedir el préstamo promotor, y, señores, se truncó el invento. Ya no hay ganadores.
Las cooperativas de viviendas estaban exentas de abonar el AJD(bis) del préstamo promotor. Como ya indicamos en esta misma columna, el debate sobre el AJD(bis) se centró de una manera totalmente interesada entre si lo abonaba AJD o El Malo, y no en lo que tendría que haberse centrado, que es en el propio impuesto. Ahora, una vez ganada la batalla (eso nos han hecho creer), ya es El Malo el que abona el impuesto de AJD(bis). Consecuencia de ello, el impuesto es un gasto más para El Malo en la operación por lo que se lo repercute a la misma y al cliente final, es decir, a AJD y su cooperativa.
Y ahí viene la cacicada, ahora el sujeto pasivo es el Banco, que de pasivo no tiene nada, ya que tiene que abonar activamente el impuesto. Y, como ya hemos dicho, ese impuesto se convierte en un gasto para El Malo y lo repercute en la operación. Resultado, las cooperativas de viviendas, a día de hoy, han perdido de golpe ese beneficio y tienen que abonar, vía El Malo, el AJD(bis). Y entonces AJD se da cuenta de que todo era una treta y que el que ha perdido el debate es él, lo hemos perdido todos.
Muchos debates giran en torno al mercado de la vivienda, compraventa, alquiler, muchas propuestas de digitalización, grandes esfuerzos por introducir nuevos valores como la transparencia y la empatía, para luego toparte con muros que pone la propia Administración. Cuando hay un debate importante que pocos abordan: “ya puestos, ¿hablamos de impuestos?” ¿Se acuerdan? Pero claro, el asiento mola mogollón y lo que pase, mientras les dé votos, les importa un copón, y en generar falsas polémicas con falsos vencedores y vencidos, tienen un filón.
El resultado final es que nos quedamos con un nuevo AJD (bis, bis): Señores, “A Jo…robarse se ha Dicho.”
Así que AJD, el AJD(bis) seguirás pagando y AJD(bis,bis). La próxima vez centremos mejor el debate, a ver si así, ganamos todos, aunque sea algo.

Coopera que es la pera

La decisión de compra una vivienda nunca es fácil. Hay que poner muchas variables encima de la mesa. Por suerte cada vez hay más opciones en el mercado. Desde Viviendea.com siempre hemos abogado por implantar un modelo de acceso a la misma en la que se introduzcan nuevos valores como la transparencia o la empatía, empezando por el usuario final y no dejándolo para el final. La diferencia es notable.

Creando, a su vez, un sistema de materialización de vivienda de obra nueva sostenible que evite en lo posible la creación de burbujas inmobiliarias. Algo que nos interesa a todos.

Un sistema que parece abocado al mundo de la cooperativa de viviendas, pero que no tiene por qué ser así. Depende del usuario, es él el que elige.
Las tan denostadas cooperativas de viviendas han vuelto a Valencia para quedarse. Una buena noticia. Cuantas más posibilidades para el comprador final, mejor. Muchas de ellas han aterrizado vestidas de Cohousing ya que, como bien sabemos, en inglés “mola más” y da imagen de innovación, como el Coliving o el Coworking, lo que siempre hemos llamado compartir piso o compartir despacho. Bien es cierto que el Cohousing viene con ciertas innovaciones en la forma de entender la convivencia entre los vecinos, pero no nos engañemos, llamémosle como le queramos llamar, las viviendas se materializarán a través de una cooperativa de viviendas.

Pero ¿sabemos lo que es una cooperativa de viviendas? ¿Sabemos la diferencia con el promotor privado? Ninguna opción es mejor que otra. Son diferentes opciones. Lo más importante es tener toda la información y asesorarse en caso de duda. Nosotros estamos cómodos con las dos. Y que sea el usuario, libremente, el que elija.

Muchas gestoras de cooperativas demonizan al promotor y se publicitan ofreciendo precio de coste ya que eliminan el beneficio promotor. Mal comienzo, ya que eso es una verdad a medias. El beneficio promotor ciertamente desaparece, pero aparecen honorarios de gestión de la propia gestora, por los servicios prestados (como debe ser). Insisto, busquen información y exijan transparencia en un proceso, que no nos engañemos, siempre ha tenido fama de opaco, y por algo será.

Y ahí, tampoco nos queramos engañar, sí que tiene que avanzar mucho el promotor. Se debe dar un paso más allá de apellidar “Homes” a sus nuevas mercantiles, porque, como ya sabemos, en inglés “mola más”. Pasemos del “promueve que algo se mueve” a promover para el usuario final de la vivienda. Ese es el cliente que hay que satisfacer. Y solo tenemos que escuchar.

Ni “con promotor que es mejor” ni “coopera que es la pera”. Busquen información y transparencia, contrasten y luego elijan a conciencia. Su futura vivienda depende de ello.

Y eso sí que es la pera.

¿Cuáles son las ventajas del cohousing?

El cooperativismo o cohousing está cada vez más de moda en España, pero es un modelo que ya lleva años instalado en otros países como Dinamarca o Suecia. De hecho, en este país más del 35% de las casas se construyen con este sistema.

Pero, ¿en qué consisten las viviendas colaborativas? Este método combina las viviendas privadas con espacios comunes, gestionados por todos los miembros de la cooperativa. Este tipo de viviendas están pensadas para mejorar la relación con los vecinos y la participación.

cohousing

Las zonas comunitarias son fundamentales y generalmente muy amplias. Suelen incluir un comedor, salas de estudio o bibliotecas. Pero igual de importantes que los espacios son los servicios comunes, que entre todos los vecinos deben acordar, como son la lavandería, la red wifi, las salas de juegos o incluso, en algunos casos, los vehículos.

Este modelo basado en los espacios compartidos tiene múltiples ventajas no solo a nivel social, si no también económico y ambiental.

El primer beneficio en el que se piensa cuando hablamos de cohousing es en la mejora de las relaciones personales, ya que este modelo permite una mejor conciliación tanto laboral como familiar debido al sentimiento de comunidad que se crea con los vecinos.

Además, es muy beneficioso para las personas mayores, pues cuentan con un espacio privado, pero también con amplias zonas comunes para compartir con personas afines a ellos.

A nivel económico, también podemos encontrarnos con grandes ventajas que pueden inclinar la balanza hacía este modelo de vivienda; porque tal y como comentamos en Viviendea el precio es uno de los factores claves a la hora de decidirse por una vivienda.

Las viviendas colaborativas suelen tener un precio menor debido a que los gastos están repartidos entre todos los propietarios. Las facturas de electricidad, gas o Internet se dividen entre todos, por tanto, los costes son menores.

Por último, el cooperativismo destaca por los beneficios ambientales que presenta, algo que es esencial para VIVIENDEA. Los edificios son uno de los mayores consumidores de energía, que en el caso de España se sitúa en torno a un 26%. Las viviendas colaborativas aprovechan al máximo los espacios y los servicios, por lo que el consumo generalmente será menor.

Además, también se suelen construir con materiales más ecológicos y con sistemas aislantes que mantienen la temperatura.  Algunas de las viviendas que siguen este modelo, cuentan también con tecnologías para producir su propia energía y favorecer el reciclaje con sistemas de autocompostaje.

Como hemos visto, son muchas las ventajas que ofrece este tipo de construcción. Pero, ¿tiene algún inconveniente? El principal problema se encuentra en su característica básica, el hecho de compartir. Es muy importante para optar por este tipo de vivienda, estar dispuesto a ello porque si no se dificulta mucho su funcionamiento.

Las viviendas colaborativas son una de las posibilidades que ofrecemos en nuestra plataforma para construir tu nueva casa, pero en Viviendea también te ofrecemos otras posibilidades como la promoción privada, porque nosotros te escuchamos y personalizamos la vivienda a tu manera.

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