Uno de los mercados con mayor especulación dentro del sector residencial de obra nueva es el mercado del suelo. Sin suelo no hay vuelo. Cuando el vuelo arroja una alta rentabilidad el propietario del suelo espera con anhelo: “A que llegue la mejor oferta económica yo me espero”, aquella que le da consuelo.
Durante el año 2018 el precio del suelo se ha incrementado por encima del 50% en algunas zonas con alta demanda. Insostenible.
Ejecutamos obra nueva cuando es rentable, todos a la vez, y todo sube, porque todos queremos comprar y todos queremos vender. Sube entonces la mano de obra, los costes de construcción, sube el suelo y, por lo tanto, sube el vuelo. Sube hasta que se acaba la gasolina, muchas veces en pleno vuelo y el tortazo, contra el suelo, es inevitable. Entonces paramos, ya no es rentable, ya no construimos, no compramos suelo, no generamos vuelo. Da igual que haya demanda, no escuchamos y esperamos con anhelo hasta el siguiente ciclo, donde la rentabilidad vuelva a ser la esperada, y volvemos a empezar: ¿Compramos suelo? ¿Generamos vuelo?
El incremento del precio de la vivienda hace que un alto porcentaje de la demanda no pueda acceder a una vivienda de obra nueva y se vea abocada a buscar en el mercado del alquiler. Una de las herramientas posibles que tiene la administración para dar respuesta a esa demanda es la de poner en el mercado suelos públicos para que cooperativas promuevan viviendas en régimen de cesión de uso del suelo, de tal modo que se elimina de la ecuación el coste de adquisición del suelo a cambio de un canon que establece la propia administración. Las viviendas no son nunca propiedad del socio cooperativista, que solo adquiere un derecho de uso sobre la misma, siendo la propia cooperativa la titular de esa cesión durante el tiempo establecido.
Con el suelo edificable en manos de fondos inmobiliarios, leemos estos días que el ayuntamiento de Valencia ha movido ficha en este aspecto, lo cual es una gran noticia para que se empiece a dar a conocer este tipo de actuaciones, que no vienen para intervenir el mercado inmobiliario (ni deben), vienen para dar respuesta a la demanda de vivienda de determinados colectivos que no pueden acceder de manera alguna a una vivienda en propiedad o como alternativa al mercado de propiedad y alquiler.
Recordemos que la vivienda es un derecho constitucional y que “Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación” La cesión de uso es una más que interesante herramienta para hacer cumplir ese derecho.
Sería interesante que la administración de turno lo hiciera durante todo su mandato y no cerca de un periodo electoral. ¿Buscamos votos al vuelo?
Miles de Árboles a medida
Mil ochocientos cincuenta y dos árboles, para ser más exactos, son los…