Hace ya dos meses que entramos a formar parte de la familia de Lanzadera, en el programa Proptech, gracias a su acuerdo con CBRE. Lo primero que queremos es agradecer a ambos su apuesta por el mundo emprendedor en general y el proptech en particular; a ellos y por supuesto, a las personas que los representan y que nos están acompañando, guiando… y “acelerando”: Javier Jiménez Marco, Ismael Valero, Carlos Casado, José Ángel Sospedra y al resto del equipo de Lanzadera y CBRE.
En 2015, cuando todavía no se dibujaba ninguna grúa en el horizonte del mercado inmobiliario, lanzamos Viviendea.com con el principal objetivo de aprender de los errores del pasado e intentar no repetirlos.
Durante el boom inmobiliario todos teníamos prisa por “plantar” la grúa. “Ahí es cuando se vende”, nos decían o “corre y visa el proyecto”, “corre y pide licencia”, corre y construye, corre y vende…” Y llegó el 2007 y todos dejamos de correr.
10 años después el sol vuelve a salir en el mercado inmobiliario, y el proceso que seguimos poco difiere del que dejamos atrás en el 2001-2007 que nos llevó a donde todos ya sabemos. Si bien es cierto que tenemos mejores herramientas para entender al mercado (bienvenido mundo proptech), tenemos Big Data, Sig, Crowfunding, Crowlending, Blockchain, RV, y una gran infinidad de aplicaciones, centradas principalmente en conseguir vender mejor.
Pero, ¿seguimos corriendo por enganchar antes un proyecto, por conseguir primero la licencia, por vender antes… por ser los primeros en plantar la grúa? ¿Alguien escucha las necesidades del cliente? ¿Tenemos claro quién es nuestro cliente?
Por eso lanzamos Viviendea.com, para que lo que ahora está al final del proceso se traslade al principio. Pongamos ojos a la demanda de vivienda, ojos y boca a nuestro cliente. En Viviendea llevamos tres años escuchando y agrupando al demandante de vivienda para conocer sus necesidades, sus gustos y buscarles la mejor oferta posible, la que nos está pidiendo; de tal modo que cruzamos las propuestas con él, comprobando la viabilidad del producto y, a su vez, trasladamos las ventas al inicio del proceso. El comprador tiene lo que necesita, el promotor tiene respuesta a sus preguntas ¿Qué producto hago?, ¿cuándo voy a vender?
Y así ya no tenemos que correr y la grúa la plantaremos cuando toque.
¿Viviendeamos juntos?
Más en www.viviendea.com